¡Lunes de Cuento!
Ninfa de Fuego Su vista navegaba en el inmenso horizonte, mientras su mente zozobraba entre pensamientos sombríos y marchitos. ¿Cómo lograría resolver aquel embrollo? Lo desconocía; y cada minuto que transcurría la colocaba inevitablemente más cerca del atroz final. Ni mil vidas pasadas, presentes, o futuras, hubieran preparado a su frágil cuerpo para el reto que, tan vehementemente, atravesaba transversalmente aquel punto preciso, en la diminuta línea de tiempo que representaba su triste existencia. El destino es caprichoso; todos sabemos eso. Cuando se lo propone se empeña por ser esquivo, se mantiene inalcanzable, y con gestos altaneros te lo imaginas mirándote con desdén y asco, por el rabillo del ojo. Otras arremete con toda sus fuerzas, viola tu ser entero, transformando tu existencia para siempre. Puede que para bien, puede que para mal; lo real es que el destino hace, hizo, y hará, constantemente lo que se le antoje. Aquella tarde no serí...