"La Lectura de Hoy": Fábulas Invernales
¡Buen Miércoles a todos!
Hoy les traigo una obra muy linda, directo de mi biblioteca
personal.
Su autor es Argentino, oriundo de la provincia de Buenos Aires; el
recientemente fallecido Carlos Gardini.
Nacido en Agosto de 1948, fue considerado uno de los más grandes y destacados escritores de ciencia ficción
de Argentina; explorando tanto este género como la literatura fantástica.
Cursó sus estudios en la Facultad de Filosofía
y Letras de la Universidad de Buenos Aires y, aunque comenzó a escribir a los
dieciséis años, su carrera literaria no inició hasta 1982, al ganar el premio
del Círculo de Lectores por su cuento Primera Línea.
Se desarrolló muchos años como traductor,
disciplina en la que destacó también, traduciendo del inglés a autores
como Henry James, Robert Graves, Corwainer Smith, Isaac Asimov, J.G. Ballard,
Charles Dockens, James Ellroy, Henry James, entre otros; además de una
versión completa de los sonetos de William Shakespeare con el aporte del
prólogo y notas.
Obtuvo en 1986 el título de Honorary Fellow In
Writinel de la Universidad de Iowa y recibió la beca
Fulbright para escritores.
En una de sus últimas apariciones en público, una reunión de
aficionados y escritores del género, confesó que “La vida cotidiana es
algo que uno quiere superar”. Su frase se creyó en rechazo de la novela
psicológica y realista. Sin embargo no es difícil suponer que, de algún modo,
se manifestó ante su sufrir diario con el cáncer. Finalmente cerró sus ojos un
primero de Marzo de 2017, con sesenta y ocho años de edad.
Nos legó muchas buenas obras, entre las que se encuentra la
reseña de hoy.
"Fábulas Invernales" es
una excelente obra que navega entre la novela fantástica y la ciencia ficción.
Basándose en diversas fuentes mitológicas y tradicionales, Carlos Gardini logra
un cóctel fantástico, dentro del cual da vida a una historia de poderosa
imaginación y magistral estilo. Sorprendentemente original, encierra una
profunda reflexión sobre las grandes cuestiones sociales humanas; la política,
la religión, la identidad, las relaciones, el lenguaje y la memoria colectiva.
Así, cómo si de mamushkas se trataran, encaja cada historia dentro de la otra,
para componer una visión completa de un mundo fantástico poblado de humanos,
vampiros, grifos, sirenas y mantícoras.
Las fábulas invernales que narrará Jonás Angélico, desterrado en
la isla de Bellamar, constituirán su salvación. Fabulará para los nativos
algunas de sus aventuras como Observador de Artes y Menesteres de la ciudad de
Focaris y, junto a él y sus relatos, nos adentraremos a un universo increíble.
La historia en sí es magnífica, dotada de una grandiosa imaginación.
Logra fusionar a la perfección su propia inventiva con mitología tradicional y
fuentes fantásticas clásicas. La obra está narrada casi en su totalidad en
primera persona, de la mano del propio Jonás. Sin embargo varios capítulos se
alternan con una narración en tercera persona omnisciente. Cada una de las
narraciones en tercera persona funciona independiente del resto de la novela,
cómo fábulas o cuentos: de ahí el nombre del libro; sin embargo cobran nuevo
significado en el conjunto con el resto del libro.
No les voy a mentir; si bien es uno de mis libros favoritos
(aunque tengo muchos de mi agrado) no es sencillo de leer.
Si no estás familiarizado con literatura estilo Asimov o
Tolkien, te costará comprender el hilo conductor y muchas de las palabras que
utiliza el autor. Deberás seguir la narración con mucho detenimiento. Si lo
logras podrás imaginarte las maravillas que describe.
Adoro su riqueza lingüística y narrativa, de la talla de los
grandes de la ficción mundial.
Lo único que me parece criticable es que no termina de describir
los orígenes del mundo fantástico y el lector suele perderse tratando de
deducirlos.
Aunque de cierto modo es la falta de esas descripciones lo que
le imprime la gota de intriga que te tienta a cambiar de página.
Una novela digna de leer, a la luz de una hoguera y con una taza
de chocolate bien caliente. Las fábulas más sorprendentes jamás contadas.
¡Espero lo disfrutes tanto como yo!
Hasta Pronto.
