La Yapa del Viernes

Aquí la yapa del viernes. Buen fin de semana.


ÁRBOL 

Había una vez un joven árbol que deseaba ser roca. Por algún extraño motivo, una fuerza invisible lo instaba a ser diferente. Sus congéneres le decían que su sueño era imposible; nunca un árbol podría ser roca, no estaba permitido y le insistían que su deseo iba en contra de la naturaleza misma.
El joven árbol pasó su juventud desdeñando su destino, maldiciendo a la naturaleza por su condición, por no poder lograr su cometido. Amargado se entristeció, llegando a odiarse a sí mismo.
El tiempo pasó y el joven árbol creció, primero envenenado por su triste destino, echando culpas a los dioses por el tormento que sentía. Sin embargo, poco a poco, los siglos lo hicieron olvidar. Y así llegó a ser un enorme y viejo árbol que al final de sus días aceptaba su destino.

Una mañana despertó convencido y agradecido de ser un árbol, de todo lo vivido y la sabiduría adquirida. Aquel día lo sorprendió, orgulloso de ser quien era; y la tierra tembló. Toneladas de roca lo cubrieron dejándolo en la oscuridad absoluta.
Había perdido las esperanzas de ver la luz del sol cuándo, luego de millones de años, la tierra por fin se abrió. Su alma contempló nuevamente el radiante febo y su vida cambió para siempre. Para su sorpresa ya no era un árbol. La presión y los años habían hecho muy bien su labor, transformándolo en carbón mineral. 
Aún hoy se yergue, orgulloso, en aquel despeñadero. Una roca de carbón mineral con forma de árbol.
Sólo cuando aceptó su destino estuvo listo para cambiar.
Fin
L.K.Rodriguez

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