Lunes de cuento
Aquí un nuevo cuento. Espero les guste.
Nos encontrábamos atorados, atascados en un camino rural al norte de las sierras chicas. La camioneta, fuera de control, se estrelló directo en la gran cuneta, hundiéndose en el lodazal. No lograba hacer reaccionar a Javier, que quedó tendido sobre el volante con el rostro ensangrentado. Tampoco acertaba en obtener alguna señal en el celular. Las luces de la Ford parpadeaban en evidente cortocircuito y acrecentaban mi desesperación.
Mareada como me encontraba era imposible coordinar alguna acción.
Decidí tomarme un respiro para poder pensar, necesitaba encontrar una solución urgente.
Por mi mente desfilaron innumerables visiones de futuros aterradores. No había salida, no podía salvarlo. Ninguno de los caminos ante mi tendrían un final feliz. En todos ellos, dentro de mi mente, Javier moría irremediablemente.
Su condición crítica me instó a actuar y, desesperada, comencé a transitar a pie el oscuro paraje. Deambulé horas sin éxito. Ni un alma se cruzó en mi camino. Caí rendida, el cansancio me abatió.
Me supuse dormida, en medio del mugroso camino. Una cálida presencia interrumpió mi soñar. Su dulce voz me llamaba, hipnotizaba mis sentidos.
-Tranquila, no temas. Javier está aguardándote. Toma mi mano, todo estará bien-
Nos encontraron en la mañana unos baqueanos que pasaban por allí a caballo. Javier estaba dentro de la camioneta. A mí me ubicaron a 50 metros, a los pies de un ombú, con la cabeza rota, varias costillas torcidas, una enorme sonrisa y la vista vacía clavada en el firmamento.
Fin
L.K.Rodriguez
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Desconcierto
Mareada como me encontraba era imposible coordinar alguna acción.
Decidí tomarme un respiro para poder pensar, necesitaba encontrar una solución urgente.
Por mi mente desfilaron innumerables visiones de futuros aterradores. No había salida, no podía salvarlo. Ninguno de los caminos ante mi tendrían un final feliz. En todos ellos, dentro de mi mente, Javier moría irremediablemente.
Su condición crítica me instó a actuar y, desesperada, comencé a transitar a pie el oscuro paraje. Deambulé horas sin éxito. Ni un alma se cruzó en mi camino. Caí rendida, el cansancio me abatió.
Me supuse dormida, en medio del mugroso camino. Una cálida presencia interrumpió mi soñar. Su dulce voz me llamaba, hipnotizaba mis sentidos.
-Tranquila, no temas. Javier está aguardándote. Toma mi mano, todo estará bien-
Nos encontraron en la mañana unos baqueanos que pasaban por allí a caballo. Javier estaba dentro de la camioneta. A mí me ubicaron a 50 metros, a los pies de un ombú, con la cabeza rota, varias costillas torcidas, una enorme sonrisa y la vista vacía clavada en el firmamento.
Fin
L.K.Rodriguez
#megustaleer #cuentoscortos #ficcion #palabrasalviento #letrasenespañol #carretera #sindestino #accidentefatal #dedialectoradenocheautora #honlibros #desesperada #letrasalviento #lunes #cuentos #lunesdecuentos
