La yapa del Viernes
Hola gente bella.
Aquí la frutilla del postre, la yapa del viernes.
Disfruten, comenten y compartan.
Aquí la frutilla del postre, la yapa del viernes.
Disfruten, comenten y compartan.
TIC TOC
El tiempo es un personaje siniestro, grotesco, repleto de oscuras intenciones.
Al principio de nuestra existencia se nos presenta esquivo, temeroso de cernirse sobre nuestros pequeños e inocentes corazones. Es por ello que protestamos, exigiéndole que transcurra raudo sobre nuestros jóvenes hombros, que nos permita crecer para adquirir la ansiada independencia, para realizar cualquier acción deseada sin impedimentos, sin un tutor que nos ordene. Es así como de forma irracional nos aventuramos con vehemencia a la loca carrera de la vida y, más temprano que tarde, nos damos cuenta que el tiempo apresuró sobre nosotros sus diminutas manecillas.
Nos encontramos en nuestra joven adultez, con la convicción de que tocaremos el cielo con las manos y nos embriagaremos en la eternidad que se despliega ante nuestros ojos. ¡Nada podrá detenernos! O eso pensamos.
Para cuando caemos del ensoñador idilio la cuenta de restaurante del tiempo es muy grande. Aquella temprana juventud se esfumó hace tanto que ya nos cuesta recordarla.
El tiempo, hambriento, nos devora. No puede evitarlo. Como cuando degustas un pequeño bocado de un sabroso pastel; el tiempo quiere más de nosotros. Necesita más. Le es imposible parar.
Y maldecidos, odiándolo por ello. Le cargamos las culpas de todo lo sucedido, cuando los únicos responsables de su vicio somos nosotros mismos.
El tiempo se desespera por tenernos, le es inevitable; y arremete inexorable, implacable, como con saña. Nos asfixia, acorralándonos en una encrucijada sin salida, sin otro destino que el fin mismo.
Hasta que, luego de horadarnos por completo, nos consume enteros y ya nada queda.
Es en ese preciso momento que el pastel se acaba. Y el tiempo recoge con el dedo las migajas, se relame saboreando nuestro último aliento, y ansioso degusta al próximo.
El tiempo nos abandona, y no hay nada que podamos hacer al respecto.
Maldito, maldito tiempo que con tus engaños nos sirves en tu plato.
Ya el olvido nos arrullará en sus brazos,
Y todo por lo que peleamos no importará,
Pues otros tomarán nuestro lugar.
Simplemente nos queda gozar,
Lograr el tiempo aprovechar.
Ya que al final, es él quien siempre triunfará.
FIN
L.K.Rodriguez
#mejorunlibro #poesiabarata #ficcion #reloj #letrasenespañol #destino #dedialectoradenocheautora #honlibros #yapa #letrasalviento #viernes #tiempo #instabookstagram